Pablo E.
Chacón
El
psicoanalista francés Jacques-Alain Miller, albacea de la obra de Jacques
Lacan, cerró, con una conferencia magistral, el VIII Congreso de la Asociación
Mundial de Psicoanálisis (AMP), que preside el argentino Leonardo Gorostiza.
En un
acto en el auditorio del Hotel Hilton de esta capital y ante 2400 personas, el
autor de "Psicoanálisis y política", tomó la palabra durante
aproximadamente una hora para referirse a las ponencias escuchadas y para
anunciar la temática que se tratará en el noveno congreso, que tendrá en París
(Francia) en 2014.
En un
tono mesurado, aplacada toda gestualidad teatral, Miller se ayudó de algunos
apuntes pero pareció improvisar parte de su discurso, preparado especialmente
para la ocasión. En una mesa al costado del atril, se encontraba Flory Kruger,
encargada de la organización del congreso.
En ese
sentido, los encargados de la organización dijeron a Télam que era "la
primera vez que a los 740 miembros fijos de la AMP" se sumaron casi 1800
personas más, muchos adherentes de la Escuela de Orientación Lacaniana de la
Argentina (EOL) pero también cantidad de estudiantes y curiosos.
Miller se
refirió a la última etapa de la enseñanza de Lacan (que falleció en 1981) y en
especial al concepto de "real", y bautizó, a modo de prueba, al
próximo congreso, como "El desorden de lo real".
Si se
tiene en cuenta que esta versión se llamó "El orden simbólico en el siglo
XXI no es lo que era", su continuidad celebrará las consecuencias de
estudiar -en la clínica y en la sociabilidad- los efectos de las nuevas
tecnologías de la información, la medicina, la genética, la ciencia, sobre las
condiciones de goce de los sujetos que la soportan.
Es decir,
constatar en uno y otro campo el peso de lo real de la ciencia en la
destrucción del lazo social y en los síntomas sobre los cuales los posibles
analizantes llegan a los consultorios. Y si existe entre esas dimensiones una
relación axiomática.
La
exposición resultó fácil de seguir pese a las referencias a la filosofía de
Aristóteles y de Santo Tomás de Aquino, la literatura de James Joyce y el campo
abierto por la física clásica, la física cuántica, la linguística estructural y
la economía global.
Miller es
director de enseñanza en la Universidad de Vincennes VIII, cerca de París, como
muchos de sus amigos: Francois Regnault y Alain Badiou, los más notables. Está
casado con la doctora en Filosofía Judith Miller, hija de Lacan y Sylvia
Méklas. Además, es la presidenta de la Fundación del Campo Freudiano.
En estos
días se escucharon 162 ponencias, y hubo representantes de todas partes del
mundo: argentinos, franceses, brasileños, uruguayos, colombianos, mexicanos,
venezolanos, chilenos, griegos, españoles, italianos, ingleses, eslovenos,
belgas, suecos, cubanos y japoneses.
Entre las
novedades pudo escucharse a Francois Ansermet, un neurobiólogo que también es
psicoanalista, refutando las verdades reveladas de la digitalización de las
zonas del cerebro donde estaría situado el inconsciente. La superchería, sin
embargo, no tiene pocos aliados en esta cruzada global contra la invención
freudiana.
Finalmente,
Miller dejó en el aire una frase -inspirada en el estudioso del neoplatonismo
renacentista, Francis Yates- que hace equivaler lo real con la naturaleza:
"Lo real es la naturaleza sin ley".
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